lunes, febrero 09, 2015

Esta es la historia de un tipo con un hipo que no se le pasaba.

Y allí está el Coso con sus lentes nuevos, supercibernéticos, ultratecnológicamente modernísimos que le hacen ver todo como con un filtro tipo película porno de los '80, mucho pelo batido, mucho fucsia, mucho vello púbico, bello público, vello público, bello púbico.

PRIMER VELLO
En líneas generales, por alguna razón que está por verse, este espacio se pronuncia decididamente en contra de los eufemismos, en especial aquellos que hacen referencia a los genitales. El problema es que "vagina" como palabra es lamentable. ¿Qué nos queda? La violencia medieval de "concha", la infantilidad marca cantaniño de "cotorrita" y así. "Pene" no suena muy bien tampoco, pero al menos hay un abanico de apelativos de dónde elegir, a saber, "pija", "chota", "poronga", "pinga", "picha" "trozo", "la sin hueso", "pedazo" y muchas más, entre las que me quedo con "pinchila", porque me hace acordar a Flavio Pedemonti usándola (la palabra, no la pinchila).

SEGUNDO VELLO
Monotemático. Porque quedan pelos en la lengua. Connotativo, sí. Porque uno se queda pensando en las contrapartes en inglés de toda la cuestión y uno se pregunta por "pussy" y por "dick", por ser palabras que se usan con relativa normalidad en el habla inglesa (un gatito y un nombre propio (qué quilombo si tenemos un gatito llamado Dick (qué buen nombre para una canción obscena))).

TERCER VELLO
Estoy tan cerca de ganar dos millones de dólares al día como de ganar don millones de dólares al mes. Es un pensamiento de algún modo reconfortante.

CUARTO VELLO
No he decidido aún si estoy harto de los periodistas o harto de la realidad.

Éste se el punto en el que tu mente es un accidente automovilístico que ocurre tan lentamente que casi puede decirse que no ocurre ni ocurrirá.

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